¿El mercado de la vivienda puede ser asequible?

Laura 30 años, profesionalmente activa con unos ingresos que ronda los 1700 €/mes, en un trabajo estable, se acerca a un banco para preguntar por el programa de avales de la Comunidad de Madrid que permite a los jóvenes comprar una vivienda sin necesidad de tener ahorros, accediendo a una hipoteca en la que la financiación puede llegar hasta el 100% del valor del inmueble. Trabaja en el centro de la ciudad, pero ya descartó hace tiempo la compra de una vivienda y lleva meses mirando en Fuenlabrada, con precios más asequibles y donde su tope rondaría los 170.000 euros. La directora de una oficina de un banco le deja claro en pocos minutos el escenario: la cuota que tendría que pagar al mes sería de 800 euros, lo que supone el 48,9% de su salario. Eso quiere decir, le explica, que no pasa el control de riesgos de la entidad financiera, que exige que la cuota no supere el 35% de sus ingresos mensuales (necesitaría ganar más de 2.300 euros). «Tienes que estar dentro de nuestros parámetros de endeudamiento, si no, pagarías tanto que apenas podrías vivir, ¿hay posibilidad de que compres en pareja?, le lanza la directora de la oficina.

Este no es un escenario extraordinario, por desgracia, en estos momentos. El circuito de la vivienda en compra y alquiler tiene unas barreras muy elevadas de entrada para aquellos que necesitan un sitio donde vivir. No somos capaces de producir vivienda asequible para los sueldos actuales. La oferta se reduce en todos los mercados. Los presupuestos públicos, son precarios en el capítulo de la vivienda. No hay ningún elemento que reme a favor.

En tiempos pretéritos la vivienda protegida, acompañado con las ayudas públicas tanto en el aporte del 20%, como en las condiciones favorables de financiación facilitaban un primer ingreso en el mercado de la vivienda.

Ni el sector privado, ni el público son capaces de dar solución al grave problema de la vivienda. Solo existe la posibilidad de encontrar un punto medio entre los dos ámbitos para encontrar soluciones reales a la construcción de viviendas asequibles. La colaboración público-privado es la única posibilidad de dar respuesta a esta problemática actual. Y cuanto menos tiempo se tarde en generar espacios de diálogo para soluciones reales tanto mejor para todas aquellas personas que quieren iniciar proyectos de vida personales y familiares. De otra manera seguiremos incrementando una problemática cada vez más acuciante.