¿La lógica de los números?

A menudo en nuestro mundo los números y las relaciones que establecemos entre ellos, nos facilitan la capacidad de tomar decisiones. Esta relación que establecemos no siempre responde a unas reglas establecidas y claras.

En el sector inmobiliario, es recomendable el análisis cualitativo y cuantitativo de las cifras que se generan. De manera mensual o trimestral, el sector está atento a las transacciones realizadas, los préstamos concedidos, el importe de dichos préstamo…Estas cifras son, sin duda, las que dan una buena radiografía del sector y permiten poder orientar algunas estrategias de las compañías.

No hace muchos días aparecía en distintos medios la siguiente noticia: “Las transacciones de inmuebles alcanzaron las 50.650 operaciones en marzo, un descenso del 2,9%. Los préstamos hipotecarios crecieron un 6,5%…”. Son datos obtenidos del Centro de Información Estadística del Notariado.

Dos aspectos relevantes, el primero a destacar, la posibilidad de disponer de datos fiables que facilita la transarencia de la información. De manera regular, nos permite trabajar y analizar series históricas de algunos índices inmobiliarios. Por otro lado, hemos de seguir presionando para incrementar la cantidad de datos fiables,  para poder tener un mercado transparente que ayudará al propio sector a ganar en confianza y estabilidad.

El segundo, es que a pesar de disminuir las transacciones, han incrementado el número de préstamos. Al contrastar estas dos cifras, intuimos que se está produciendo un cambio en el perfil del comprador. En los últimos años, el 85% de las compras de viviendas eran realizadas por reposición, es decir una mejora de vivienda, con perfiles de personas que tenían un nivel de ahorro significativo. Existía una bolsa de demanda acumulada fruto de los años de crisis, donde existía una baja producción de viviendas y una parte de la población con capacidad de ahorro. Podemos ver como se va reduciendo este perfil, así como también el del inversor, pasando a compradores que serán usuarios finales de la vivienda, con necesidades de financiación superiores, por la falta de ahorro.

Con estos datos que podrían parecer hasta cierto punto contradictorios, podemos concluir que se está normalizando la demanda natural de las poblaciones, sin incrementos ni descensos exagerados produciendo una posible estabilización de un sector con una elevada volatilidad.