Cambio climático

El pasado mes de diciembre estuvieron reunidos, dirigentes de todos los países en Madrid, en el marco de la Coop25, para intentar llegar a un consenso respecto a los desequilibrios climáticos actuales. La agenda 2030 con los 17 puntos detallados, fueron los ejes vertebradores del encuentro.

Entre otras conclusiones, se han puesto de manifiesto, la voluntad de un cambio cultural en materia de consumo y reutilización de los materiales. Aspectos en los que los países deberán adaptarse con la aplicación de las normativas correspondientes. Esto tendrá un afecto directo sobre los comportamientos de los estados, empresas y personas.

En paralelo se están realizando nuevas acciones, implantando medidores de emisiones de CO2. Las compañías están empezando a reportar sus estados contables, en base a estos nuevos parámetros. El esfuerzo a realizar, deberá ir acompañado de la unificación de la normativa de los diferentes países. Los estados deberán estandarizar los protocolos de las actividades que son nocivas para el entorno.

Estamos viviendo en un mundo complejo, con crecimientos exponenciales de las nuevas tecnologías, donde las injusticias y desigualdades generan movilizaciones ciudadanas. Es cierto que todavía estamos a tiempo, pero tendremos que renunciar a determinados hábitos adquiridos. La convivencia conlleva beneficios y obligaciones, y esto requiere de un diálogo para poder modificar determinados comportamientos.

El sector inmobiliario es uno de los más contaminantes, el objetivo marcado por el horizonte de 2050 es reducir el 80% de sus emisiones. Por lo tanto, es prioritario la utilización y reutilización de materiales que hasta ahora no se utilizaban. La madera en sustitución del hormigón o la mejora de la eficiencia de las viviendas, son herramientas para poder cumplir los objetivos.

También es necesario que se conceden beneficios fiscales, a las empresas que vayan un paso más allá de la propia normativa. La reducción de los desequilibrios medioambientales, suponen un sobre coste económico inicial, al producirse un cambio en la manera de trabajar y construir. Todo cambio de modelo implica innovación, atrevimiento y apoyo económico.

Seguir trabajando para obtener viviendas sostenibles, no es tal sólo una obligación normativa, sino una responsabilidad social corporativa de todas las compañías que configuran el sector.