Certificados energéticos voluntarios

Este último mes del año, en el sector inmobiliario es un periodo de ciertas prisas y acelerones, las cosas se suceden con una cierta precipitación para cerrar el año. En paralelo en Madrid, se está realizando la cumbre del clima. Según palabras de los expertos, en el tramo final de la cumbre están siendo difícil llegar a acuerdo concreto, y se si se llega a confirmar, se hará con cierta precipitación y dificultad.

Esta voluntad de mejora, aunque sea en el minuto 91 de la cumbre, también tiene un impacto directo en el sector. Es en este entorno donde se está realizando un esfuerzo para obtener clasificaciones de los edificios, en base a parámetros de eficiencia energética, buscando optimizar los sistemas de construcción y los recursos naturales. De esta forma los impactos sobre el medio ambiente y la salud de los habitantes, y los costes energéticos y económicos del edificio son los mínimos posibles.

Los edificios en Europa deben contar obligatoriamente certificados en el momento de su venta o alquiler. En los últimos años se está hablando de construcción ambiental, bioconstrucción, arquitectura bioclimática, construcción ecológica y otros conceptos relacionados con energía, salud y sostenibilidad.

Actualmente, existen los certificados voluntarios, que van un paso más allá de la normativa de obligatorio cumplimiento. Estas certificaciones voluntarias de sostenibilidad son: LEED, BREEAM, VERDE y DGNB que otorgan diferentes calidades de distinción valorando múltiples vectores ambientales y también PASSIVHAUS y Minergie-ECO, que otorgan el certificado en caso de cumplir unos requisitos o bien lo, deniegan valorando el vector energético.

Cada uno de ellos focaliza aspectos que aporta un uso más eficiente del edificio, así como una mejora en la calidad de confortabilidad en la vida útil de la vivienda.

Cada vez, aunque la normativa no obligue, será más necesario poder clasificar los edificios por su eficiencia y confortabilidad, porque es un signo de transparencia de mercado.