Pisos colmena

En estas últimas semanas la noticia de los pisos colmena, como una posibilidad para cubrir las necesidades de una determinada demanda, ha puesto en alerta a las entidades públicas, y a toda la opinión en general. Esta iniciativa promovida por la compañía Haibu 4.0, que se concreta en un edificio en el barrio de Sants de Barcelona, y con una capacidad de 15 unidades y superficie por unidad de 3 mts, teniendo que asumir un coste de 250 €/m2, para poder hacer uso de este.

Ha existido una norma en España desde el año 1944, en concreto, la Orden del Ministerio de la Gobernación del 29 de febrero de 1944, por la que se establecen las condiciones mínimas que han de reunir toda clase de viviendas, sea cual fuere la entidad o particular a quienes pertenezcan. Esta normativa sigue vigente en varias regiones autónomas, incluso en algunas de ellas con normativa posterior que matiza lo expuesto en el orden ministerial.

El Gobierno catalán aprobó el 31 de octubre del 2012 un decreto que regula las condiciones de habitabilidad que deben reunir las viviendas y que rebaja de 40 a 36 metros cuadrados la superficie mínima que ha de tener cualquier piso de nueva construcción. La norma, tenía por objetivo flexibilizar las exigencias de diseño de las viviendas y adecuarlas a la nueva realidad socioeconómica, modificando el decreto aprobado en el año 2009, que establecía que los pisos nuevos debían tener una superficie mínima de 40 metros cuadrados.

Todo impacto, requiere de una reflexión, y sobre todo de ir al origen del porque surgen estas iniciativas, razonables o no. La necesidad de generar espacios vitales en una ciudad como Barcelona, generará en un futuro no muy lejano, la aparición de nuevas iniciativas, seguramente poco ortodoxas, que intentaran cubrir las necesidades de las personas. El reto es equilibrar el espacio de las ciudades principales, con la concentración de voluntades de vivir en las mismas.