Escasez de demanda

Según los últimos datos de la Asociación de Promotores (APCE), las viviendas iniciadas en Cataluña en el primer trimestre de 2023 suman un total de 3.747 unidades, lo que supone una caída del 9,2% respecto al mismo período del año pasado. Y en los últimos seis años tan solo se han visado  una vivienda nueva por cada dos hogares creados, constatando así el fuerte desequilibrio que existe entre oferta y demanda.

Los números son claros y directos, reducimos producción de vivienda y por tanto incrementamos la tensión entre la oferta y la demanda. Además, este desequilibrio no es reciente, sino que nos llega desde hace años atrás. Es cierto que la causa no es única, este desequilibrio viene marcado por una falta de incremento en los ingresos familiares. 

Si damos un paso atrás veremos que la economía no crece lo suficiente para poder incrementar los salarios, de aquellos que disponen de un trabajo estable. Y esto viene derivado por la falta de crecimiento en los márgenes de las empresas. Por lo que, parte de estos márgenes no generados, no pueden ser destinados a incrementos de salarios.

Estamos dentro de una rueda de difícil solución, donde la vivienda es y seguirá siendo, uno de los problemas sociales más importantes en los tiempos que se avecinan.