Reglamento sobre el sector inmobiliario

Hay un dicho popular que dice “año nuevo vida nueva”. En el sector inmobiliario, terminamos el año con incertidumbre regulatoria y empezamos el 2019 en este mismo escenario.

A los cambios regulatorios que afectan a las cuestiones de alquiler, a las constituciones de hipotecas y al régimen de las viviendas en la ciudad de Barcelona, se añade la retirada del decreto ley que modificó la LAU a principios de este 2019.

Es cierto, y evidente, que la vivienda es un problema preocupante y generador de conflictos. Es el espacio vital y necesario para que las personas puedan desarrollar su proyecto personal y familiar.

La preocupación por este tema toma fuerza en las grandes ciudades, donde la concentración de la población está en aumento, y las previsiones estadísticas de movilidad demográfica, confirman que seguirá creciendo, y, por lo tanto, incrementando las concentraciones de las personas en los grandes núcleos urbanos.

Ante este mapa que se nos presenta, creemos que uno de los elementos que no facilita la posibilidad de encontrar soluciones, es la inseguridad jurídica que genera el ir delante-detrás con las decisiones que se van tomando. Tampoco ayuda en nada la modificación del marco regulatorio.

La realidad del sector inmobiliario no puede ser obviada, y es que es un sector intenso en capital, ya sea público o privado. La búsqueda de soluciones a la problemática pasa por dar respuestas donde se encuentre el equilibrio entre la seguridad jurídica que demanda el capital, y las necesidades de las personas, para intentar que el mercado inmobiliario no expulse aquellas personas que quieran vivir en cualquier entorno geográfico que le pueda ser de interés.